sábado, 29 de octubre de 2011

El Cabildo de Salta

El Cabildo como institución:
Las ciudades americanas no surgieron espontáneamente, de manera casual, respondían a una necesidad política, económica y social. El acta fundacional solo significaba el nacimiento de la nueva población. Era menester otorgarle, además, un gobierno, una jurisdicción, atribuciones.Así se consolidaba no solo la existencia de la ciudad sino que se fijaban sus derechos y se organizaba su vida política. "Por eso la fundación era más que un acontecimiento histórico, era también un acto jurídico que daba existencia y funciones a un grupo humano hasta entonces desprovisto de toda organización"(1). De lo que deducimos que una ciudad no era tan solo un grupo de personas. Ninguna agrupación de familias podía aspirar a ser considerada jurídicamente como ciudad si le faltaba una organización política y es por eso que no había ciudades sin Cabildo, ya que era justamente este organismo el símbolo institucional de la misma. Cabildo era la institución encargada del gobierno de la ciudad y su jurisdicción, "no el gobierno político sino el relativo al orden doméstico, a la seguridad, a la salud y bienestar de los ciudadanos" (2). El Cabildo estaba integrado en las ciudades principales por dos Alcaldes, seis o doce Regidores y como miembro integrante que daba fe de lo actuado, el Escribano. Además había de nombrarse dos Fieles Ejecutores, un Alférez Real, Mayordomo, Procurador General, Pregonero Público, Corredor de Lonja, Porteros. Todavía se añadían otros oficios, unos de honra, otros de utilidad pública, según la importancia y necesidad de la ciudad. Las condiciones para ocupar cargos concejiles eran estrictas, no pudiendo aspirar a los mismos personas de vida deshonesta, los que fueran deudores del fisco o los que ocuparan oficios viles, tales como los de tabernero. El nombramiento de los primeros capitulares constituía un privilegio del fundador de la ciudad. Así lo comprendió Hernando de Lerma, quien el mismo día de la fundación de Salta dio consistencia a su empresa nombrando a los miembros que fomarían parte del Cabildo. El 16 de abril de 1582 nombró Alcaldes Ordinarios al Capitán Gerónimo García de la Jara y a Juan Viscaíno; Regidores a Pedro Payán, Juan Fajardo, Francisco Morán de la Cerda, Diego Martínez y Juan González; Procurador con voz y voto a Juan Satur, quienes ese mismo día ocuparon sus cargos, previo juramento ante el Escribano Rodrigo Pereira. Además decidió Lerma que el Regidor Pedro Payán ejerciera simultáneamente el cargo de Alférez Real. Asimismo ordenó el Gobernador que, para el nombramiento de los posteriores funcionarios capitulares, debían reunirse los miembros del Cabildo el primero de cada año, por la mañana después de haber escuchado misa del Espíritu Santo, como era uso y costumbre. Las atribuciones del Cabildo eran múltiples y complejas. En materia judicial, a través de sus Alcaldes, se encargaba del ejercicio en primera instancia de la jurisdicción ordinaria, tanto en el orden civil como criminal. En orden a la política de abastos, le correspondía tasar los precios a que los mercaderes expendían los bastimentos, reconocía las pesas y medidas que utilizaban los vendedores de los productos de la tierra y de los géneros de Castilla. Era también el Cabildo custodio de las buenas costumbres de la ciudad colonial. Su Alguacil Mayor debía rondar de noche y reconocer los lugares públicos y prender a los buscados por la justicia. Asimismo se ocupaba el Cabildo de las obras públicas. Se constituía también en la policía urbana de su jurisdicción. Además de sus funciones judiciales, policiales y del gobierno comunal, el Cabildo tenía funciones electorales, de registro de títulos y ejercían un control político, porque era un organismo consultivo y asumía la representación de la ciudad, en defensa de sus leyes y privilegios. El Cabildo de Salta tuvo en los primeros diez años de la era Independiente una actuación destacada que,en muchas oportunidades, sobrepasó la esfera de sus atribuciones. Se arrogó el derecho de decidir sobre el destino político de la Gobernación Intendencia, lo que a menudo le acarreó graves problemas con las ciudades subalternas. La característica relevante de la época fue la participación del pueblo en asuntos de interés común. El vecindario se congregaba espontáneamente o convocado por el gobierno. Estos Cabildos Abiertos protagonizaron muchas veces cambios fundamentales. Un Cabildo Abierto realizado el 6 de mayo de 1815 elevó a Martín Miguel de Güemes a la más alta magistratura de la Provincia de Salta y en varias ocasiones más el pueblo fue invitado a integrar estas reuniones. A sus atribuciones de siempre, el Cabildo de Salta agregó en esos difíciles años otras no contempladas en la legislación, pero que debía asumir como organismo rector y respetable. Hacia 1821, los vaivenes políticos y el peligro que representaba la presencia de fuerzas españolas en la ciudad determinaron una vez más el protagonismo de la institución. El Cabildo de Salta acordó firmar un tratado de paz que tuvo como consecuencia directa la implantación de un nuevo régimen institucional en la provincia. Al aprobarse el Reglamento Constitucional del 9 de agosto de 1821, Salta pudo regirse por el sistema republicano y representativo que establecía la división de poderes y este hecho determinó la decadencia de la institución capitular. Legalmente el Cabildo de Salta fue abolido en el año 1825, pero de hecho a partir de 1821 comienza a notarse su deterioro. Es cierto que el Cabildo debía ser reestructurado ya que sus múltiples atribuciones resultaban anacrónicas con el sistema de división de poderes. Pero resultó apresurada la decisión de poner fin a la institución sin haberse pensado antes en mantener una estructura municipal. Sin embargo, el fin del Cabildo de Salta no significó el fin de la vida municipal y urbana, ya que la organización del gobierno local de la ciudad pudo hacerse realidad en la época constitucional tomando como base lo actuado en la etapa anterior. 
          MARTA DE LA CUESTA de DE PEÑALBA


(1) ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo: La Organización Política Argentina. ED. PERROT. Bs. As; 1963 p.310
(2) FRÍAS, Bernardo: Historia del General Güemes y de la Provincia de Salta. 1902. T.1pp.22 y sig.


Un poco de historia...



















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